En el rincón halló un lugar
donde guardar lo perdido
las canciones que se fueron
con los meses y las cartas
y la manera de buscar
y las ultimas partes del todo
o la mitad de mi
ay ay ay
Que largo tiempo esta pasando
Que suelo raro estoy pisando
Sin verte de nuevo
Pensando en que jamás
Pensando en que jamás
Pensando en que jamás.
jueves, 19 de julio de 2007
domingo, 15 de julio de 2007
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En realidad abandoné la conversación porque me empezaste a contar que algo cambió dentro tuyo y volviste a estar enamorada. Tu corazón volvió a ser capullo y ahora lo sentis un poco más grande, un poco más rojo.
-
Es jueves y me doy cuenta que en algunos aspectos yo nunca cambio y sigo haciendo las cosas a último momento, siempre sobre la hora. Mientras escucho el disco de velvet underground que tanto me gusta, la dulce voz de Nico me da consejos sobre todo lo que no tengo que hacer cuando alguien me habla de su felicidad, pero yo no la entiendo porque hace diez minutos que estoy colgado mirando la repisa que hicimos con mi viejo.
La enganchamos con cadenas brillantes, sobre la pared naranja, encima de mi cama. Lo que mas me llama la atención es que, como no somos carpinteros de profesión, la repisa tiene sus defectos, quedó un tanto torcida, se nota que esta hecha al tanteo, y como todo lo que no está del todo prolijo, habla mal de su propietario, supongo que esta repisa habla mal de mi, de todos modos hay varias cosas en mi habitación que no me dejan bien parado. Pero yo estoy feliz así, porque cuando era chico solía leer libros que venían en revistas tipo anteojito, El principito, Las mil y una noches, etc y soñaba con tener una repisa llena de libros. Mi papá, que en ese tiempo todavía tenia lugar en su agenda para hacer alguna actividad recreativa, estaba haciendo un curso de carpintería en la ENET, y me construyó una repisa de 3 pisos. Nunca pude llenarla de libros como yo pretendía, pero llegue a tener unos 20. Algunos los robé de la biblioteca de mi escuela primaria, me acuerdo que antes de dormir me carcomía la culpa... Pero ahora estoy hablando de otra cosa, no quiero reparar en algo triste, como lo es el tema de la culpa. Porque si no te diste cuenta, estoy tratando de evitarlo.
No quiero escribir emociones apagadas, no quiero escribir que ELLA ESTÁ ENAMORADA, ni quiero dejar por sentado que SEGURO ahora está sonriendo, abrazando su gato, contándole que dulce es la voz de su nuevo chico. No quiero pensar que seguro está diciéndolo al oído que pronto estará disfrutando de su encanto, que la primavera se le anticipó, que su corazón se ensánchese mientras yo estoy caminando por la cornisa de un nuevo bajón otra vez.
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Es jueves y me doy cuenta que en algunos aspectos yo nunca cambio y sigo haciendo las cosas a último momento, siempre sobre la hora. Mientras escucho el disco de velvet underground que tanto me gusta, la dulce voz de Nico me da consejos sobre todo lo que no tengo que hacer cuando alguien me habla de su felicidad, pero yo no la entiendo porque hace diez minutos que estoy colgado mirando la repisa que hicimos con mi viejo.
La enganchamos con cadenas brillantes, sobre la pared naranja, encima de mi cama. Lo que mas me llama la atención es que, como no somos carpinteros de profesión, la repisa tiene sus defectos, quedó un tanto torcida, se nota que esta hecha al tanteo, y como todo lo que no está del todo prolijo, habla mal de su propietario, supongo que esta repisa habla mal de mi, de todos modos hay varias cosas en mi habitación que no me dejan bien parado. Pero yo estoy feliz así, porque cuando era chico solía leer libros que venían en revistas tipo anteojito, El principito, Las mil y una noches, etc y soñaba con tener una repisa llena de libros. Mi papá, que en ese tiempo todavía tenia lugar en su agenda para hacer alguna actividad recreativa, estaba haciendo un curso de carpintería en la ENET, y me construyó una repisa de 3 pisos. Nunca pude llenarla de libros como yo pretendía, pero llegue a tener unos 20. Algunos los robé de la biblioteca de mi escuela primaria, me acuerdo que antes de dormir me carcomía la culpa... Pero ahora estoy hablando de otra cosa, no quiero reparar en algo triste, como lo es el tema de la culpa. Porque si no te diste cuenta, estoy tratando de evitarlo.
No quiero escribir emociones apagadas, no quiero escribir que ELLA ESTÁ ENAMORADA, ni quiero dejar por sentado que SEGURO ahora está sonriendo, abrazando su gato, contándole que dulce es la voz de su nuevo chico. No quiero pensar que seguro está diciéndolo al oído que pronto estará disfrutando de su encanto, que la primavera se le anticipó, que su corazón se ensánchese mientras yo estoy caminando por la cornisa de un nuevo bajón otra vez.
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jimmy eat world dice: q pensas hacer de tu finde?
tumba tu tumba dice: pienso dejar simplemente que pase. mirar pelis tratar de escribir una carta para lula porque lo prometi, dormir, gastar el menor dinero posible, no emborracharme y construir un manto invulnerable con el cual poder resguardarme de la pesada angustia por venir.
tumba tu tumba dice: pienso dejar simplemente que pase. mirar pelis tratar de escribir una carta para lula porque lo prometi, dormir, gastar el menor dinero posible, no emborracharme y construir un manto invulnerable con el cual poder resguardarme de la pesada angustia por venir.
sábado, 14 de julio de 2007
paseo
TOMARSE UN COLECTIVO AL CENTRO UN DIA EN EL QUE NADIE TE QUIERE.
me siento en el borde de la cama, la mitad de las sabanas están caídas en el suelo y tengo frío. Anoche me acosté recordando algunos pasajes de mi niñez, cesar me dijo que pruebe con ese ejercicio, recordar los sueños de la infancia durante diez minutos antes de dormirme.
Cuando me levante hice un paneo general de mi habitación desordenada y pude percatarme a tiempo que todos los músculos de mi cara tendían a caerse, (ahora se me viene a la mente la imagen un perro buldog en estado de alerta alimenticia) sentí mi cara derrumbada, los ojos cansados, la boca sin expresión, y me di cuenta que ya estaba decidiendo que mi día iba a ser un día de cementerio.
A pesar de eso, recordé la noche del domingo y me visualicé, parado entre las flores del jardín del abuelo que vivía frente a mi primera casa, el viejo Yosen que tenia en su galpón una fabrica de broches de madera; me vi ahí, con 3 o tal vez 4 años, jugando entre las flores e intente poner toda mi energía en cambiar la cara con aparentes intenciones de que luego mi organismo, dominado por una especie de positivismo biológico inesperado termine por contagiar todo lo que queda de él hasta sentirme medianamente alegre.
Tomé un café mientras escuchaba un disco. Fui a trabajar y como tenia poco trabajo lo hice bastante rápido, y no me deprimí cuando la señora sacó de su cartera un billete de 100 para pagarme la cuota y yo no tenia cambio y tuve que esperar 20 minutos hasta que valla a un kiosco a comprar una tarjeta telefónica para poder darme justo.
Frente a la casa, los albañiles estaban derrumbando un edificio que hacia más de 5 años estaba abandonado y donde había en un tiempo canchas de tenis. Siempre soñé con transformarlo en un antro rockero en el cual poder pasar la música que me gusta a mi y a mis amigos.
En ese lapso me puse a cantar una de she devils, “voy a tomar un colectivo al centro, caminar por corrientes hasta el bajo, veo negocios donde nunca entré, bares caros donde nunca tomé”, de repente sin sentir el cambio bruscamente, desapareció la calle, mi moto, el trabajo, los albañiles, la señora con los 100 pesos y su tarjeta telefónica y entre casi completamente en un film imaginario y la vi a patricia caminando por calle corrientes con una petaca de café al coñac en la mano, traté de cambiar el rumbo de la canción porque la letra habla de los domingos y del vacío que genera, y para hacerla mas triste todavía me metí en la película yo también, aparecí en la galería donde esta la tiendita duck-o-homo y le grite desde la vereda, por suerte me escuchó. Cuando estaba por cruzar la gran avenida llegó la señora para pagarme la cuota con el cambio justo en la mano.
Volví a la realidad, me pagó, le di su recibo, me agradeció, le agradecí.
Terminé de acomodar el dinero en la cartera y encendí la moto, miré a los albañiles. Pensé que lo más probable es que construyan ahí un shopping o un edificio para alojar actores famosos porteños que vienen al teatro Laserre a hacer funciones. Me acomodé la bufanda y todo el camino de vuelta hasta mi casa vine pensando que con esa plata que había cobrado recién, hubiésemos entrado con patricia por primera vez a uno de esos bares caros, y brindaríamos alzando las copas. En honor de la amistad, el desamor, las heridas, la desesperación, el rock`n roll y la siempre mágica y salvadora imaginación.
Amén.
me siento en el borde de la cama, la mitad de las sabanas están caídas en el suelo y tengo frío. Anoche me acosté recordando algunos pasajes de mi niñez, cesar me dijo que pruebe con ese ejercicio, recordar los sueños de la infancia durante diez minutos antes de dormirme.
Cuando me levante hice un paneo general de mi habitación desordenada y pude percatarme a tiempo que todos los músculos de mi cara tendían a caerse, (ahora se me viene a la mente la imagen un perro buldog en estado de alerta alimenticia) sentí mi cara derrumbada, los ojos cansados, la boca sin expresión, y me di cuenta que ya estaba decidiendo que mi día iba a ser un día de cementerio.
A pesar de eso, recordé la noche del domingo y me visualicé, parado entre las flores del jardín del abuelo que vivía frente a mi primera casa, el viejo Yosen que tenia en su galpón una fabrica de broches de madera; me vi ahí, con 3 o tal vez 4 años, jugando entre las flores e intente poner toda mi energía en cambiar la cara con aparentes intenciones de que luego mi organismo, dominado por una especie de positivismo biológico inesperado termine por contagiar todo lo que queda de él hasta sentirme medianamente alegre.
Tomé un café mientras escuchaba un disco. Fui a trabajar y como tenia poco trabajo lo hice bastante rápido, y no me deprimí cuando la señora sacó de su cartera un billete de 100 para pagarme la cuota y yo no tenia cambio y tuve que esperar 20 minutos hasta que valla a un kiosco a comprar una tarjeta telefónica para poder darme justo.
Frente a la casa, los albañiles estaban derrumbando un edificio que hacia más de 5 años estaba abandonado y donde había en un tiempo canchas de tenis. Siempre soñé con transformarlo en un antro rockero en el cual poder pasar la música que me gusta a mi y a mis amigos.
En ese lapso me puse a cantar una de she devils, “voy a tomar un colectivo al centro, caminar por corrientes hasta el bajo, veo negocios donde nunca entré, bares caros donde nunca tomé”, de repente sin sentir el cambio bruscamente, desapareció la calle, mi moto, el trabajo, los albañiles, la señora con los 100 pesos y su tarjeta telefónica y entre casi completamente en un film imaginario y la vi a patricia caminando por calle corrientes con una petaca de café al coñac en la mano, traté de cambiar el rumbo de la canción porque la letra habla de los domingos y del vacío que genera, y para hacerla mas triste todavía me metí en la película yo también, aparecí en la galería donde esta la tiendita duck-o-homo y le grite desde la vereda, por suerte me escuchó. Cuando estaba por cruzar la gran avenida llegó la señora para pagarme la cuota con el cambio justo en la mano.
Volví a la realidad, me pagó, le di su recibo, me agradeció, le agradecí.
Terminé de acomodar el dinero en la cartera y encendí la moto, miré a los albañiles. Pensé que lo más probable es que construyan ahí un shopping o un edificio para alojar actores famosos porteños que vienen al teatro Laserre a hacer funciones. Me acomodé la bufanda y todo el camino de vuelta hasta mi casa vine pensando que con esa plata que había cobrado recién, hubiésemos entrado con patricia por primera vez a uno de esos bares caros, y brindaríamos alzando las copas. En honor de la amistad, el desamor, las heridas, la desesperación, el rock`n roll y la siempre mágica y salvadora imaginación.
Amén.
viernes, 13 de julio de 2007
el látigo diario
Tengo que ir a trabajar y no quiero. Me levante media hora después que sonó el despertador. Y la habitación es un desorden inimaginable, parece una laguna en la que flotan cosas. Son las 10 de la mañana y todavía no salí de mi cuarto. Si trabajaría con horarios fijos y tendría un jefe ya me hubiese crucificado en la puerta de la empresa con un cartel colgando del cuello que diga “las ganas de laburar no vienen solas, querido”.
La derrota es eterna, el salario es mínimo. El mínimo es poco para tu economía quebrada y tu corazón ya no da para mas.
La derrota es eterna, el salario es mínimo. El mínimo es poco para tu economía quebrada y tu corazón ya no da para mas.
jueves, 12 de julio de 2007
viernes
CUANDO LA NOCHE ES INJUSTA TE ESPERA DESCARADA
La fiesta hubiese estado bien sino fuese por ese idiota.
No era hora de irme a dormir, pero bajo el rocío de la noche fresca, el puente colgante iluminado ya no se veía atractivo y la costanera olía muy mal. Todo parecía haber llegado a su fin así que salude a todos y en cuestión de segundos abandoné la esquina para internarme en la niebla del bulevard Galvez.
Camine unas cuadras por la mano izquierda, que es la que estaba menos iluminada, y cuando tuve que cruzar la vía no pude evitar llorar un poco, para lavar la pena. Sé torna una costumbre pero esta vez tenia un halo de bronca e impotencia por la actitud del gil este que arruinó todo. A veces las personas actúan muy mal.
Seguí caminando con las zapatillas de lona todas mojadas por la humedad del césped y cuando me secaba las lagrimas con el puño de mi campera vi pasar un taxi, hice señas y paró. Me subí y estaba sonando una canción reggae, antes de decir hola dije – uy que buen tema, como queriendo ponerme mejor y olvidarme de lo acontecido y luego le indiqué masomenos por donde estaba parando yo esa noche. Como no sabia muy bien a que altura era y había tomado bastante cerveza y en una reverencia de ebriedad revolucionaria varios cuba libres, me bajé a 3 cuadras después de haber discutido con el taxista en lenguajes muy diferentes
Toque el portero y Fernanda, la mas tierna de las hermanas, tenia la voz rara como si se hubiese tragado un rugbier.
Bajo a abrirme, subimos las escaleras y entramos al departamento.
- contame manu como te fue en la fiesta?
- No sabes lo que pasó, un chabon de segundo se chamuyo a mi profesora de semiotica, la que te conté que es amiga mía. Le beso el cuello y le pidió plata hasta que le tuvo que dar. Cuando logramos que se vaya, fue directo y repitió lo mismo con una amiga mía de tercero, empezó tocándole la panza, y la piernas después se le tiro encima y le paso la lengua por la boca. Cuando ella se paró se largó desconsolada a llorar y el la empujo le dijo que era una chupapija, una puta de mierda y que le iba a romper la cara.
Yo vi el mensaje de texto demasiado tarde, cuando la encontré no dejaban de caerles las lagrimas.
La fiesta hubiese estado bien sino fuese por ese idiota.
No era hora de irme a dormir, pero bajo el rocío de la noche fresca, el puente colgante iluminado ya no se veía atractivo y la costanera olía muy mal. Todo parecía haber llegado a su fin así que salude a todos y en cuestión de segundos abandoné la esquina para internarme en la niebla del bulevard Galvez.
Camine unas cuadras por la mano izquierda, que es la que estaba menos iluminada, y cuando tuve que cruzar la vía no pude evitar llorar un poco, para lavar la pena. Sé torna una costumbre pero esta vez tenia un halo de bronca e impotencia por la actitud del gil este que arruinó todo. A veces las personas actúan muy mal.
Seguí caminando con las zapatillas de lona todas mojadas por la humedad del césped y cuando me secaba las lagrimas con el puño de mi campera vi pasar un taxi, hice señas y paró. Me subí y estaba sonando una canción reggae, antes de decir hola dije – uy que buen tema, como queriendo ponerme mejor y olvidarme de lo acontecido y luego le indiqué masomenos por donde estaba parando yo esa noche. Como no sabia muy bien a que altura era y había tomado bastante cerveza y en una reverencia de ebriedad revolucionaria varios cuba libres, me bajé a 3 cuadras después de haber discutido con el taxista en lenguajes muy diferentes
Toque el portero y Fernanda, la mas tierna de las hermanas, tenia la voz rara como si se hubiese tragado un rugbier.
Bajo a abrirme, subimos las escaleras y entramos al departamento.
- contame manu como te fue en la fiesta?
- No sabes lo que pasó, un chabon de segundo se chamuyo a mi profesora de semiotica, la que te conté que es amiga mía. Le beso el cuello y le pidió plata hasta que le tuvo que dar. Cuando logramos que se vaya, fue directo y repitió lo mismo con una amiga mía de tercero, empezó tocándole la panza, y la piernas después se le tiro encima y le paso la lengua por la boca. Cuando ella se paró se largó desconsolada a llorar y el la empujo le dijo que era una chupapija, una puta de mierda y que le iba a romper la cara.
Yo vi el mensaje de texto demasiado tarde, cuando la encontré no dejaban de caerles las lagrimas.
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